dejarme la cabeza,
entre los dedos entre los miedos,
de la noche en las ideas,
atónitos los ojos de los otros
que me miran
y los míos
en suspenso
y en el aire de los huesos
que gimen
y se gastan
y dejarme de mi y de mi cuerpo
o morir
la geometria de las ideas, esa sencilla anomalia en el orden del cosmos